Nacida en España pero afincada en Ann Arbor (Míchigan, EE. UU.), Cece June es una cantautora independiente que pone banda sonora a aquellos sentimientos que a uno le cuesta explorar. Su nuevo EP Pieces, gestado durante su mudanza al otro lado del charco, mezcla letras profundas y sinceras con una producción pop moderna para crear un sonido único que nos está acariciando los tímpanos este mes.
Charlamos con Cece para saber más sobre acerca de sus fuentes de inspiración para el nuevo EP, su proceso creativo y lo que significa para ella ser músico independiente.
¿Puedes presentarnos tu proyecto artístico como Cece June?
Cece June nace en 2017 cuando Cecilia Duran, a los 16 años, comienza a subir videos a Instagram y Youtube versionando canciones; sin expectativas pero con mucho afán. Todo empezó como una simple vía de compartir canciones que me gustaban en ese momento y de dar la bienvenida a cualquier persona que quisiera escuchar.
En 2019, me puse a trabajar con un productor de Barcelona con la idea de producir una de mis canciones originales. Funcionamos muy bien y terminamos por grabar un EP de cinco canciones, todas compuestas y escritas por mí. A mis 17 años, se puede decir que estaba pasando por un momento de “coming of age”, recién acabado el bachillerato y preparándome para mudarme al otro lado del mundo, a Míchigan, para empezar un doble grado de Políticas e Historia del arte.
La música siempre ha sido mi forma de expresión, y encuentro inspiración en todo y en nada: en la naturaleza del mediterraneo y la intimidad de mi habitación, plasmando en melodías sentidas y letras sinceras mis sentimientos.
Como amante del arte, y habiendo crecido rodeada de él, puesto que mis padres son galeristas, tuve muy claro que quería llevar el arte de la mano en todo lo que hiciese con mi proyecto artístico. Así pues, en las portadas de mis sencillos, así como la del EP Pieces, tuve el honor de colaborar con artistas maravillosos, fusionando mi música con cuadros, para crear algo cultural, visual y emocionalmente enriquecedor.
¿Qué nos puedes contar sobre tu álbum Pieces, cuyo lanzamiento digital tendrá lugar el próximo 12 de marzo? ¿Qué música flotaba en tu día a día a la hora de componerlo?
Pieces, como el título indica, son pequeños trozos de mí. Sin correlación entre tema y tema, pero siendo una suma de momentos importantes para mí, este álbum es una mirada atrás a los últimos tres años de mi vida. Trata temas de amistad y desamor, de soledad y miedo al cambio, de nostalgia por aquello que ya nunca será igual. Está compuesto por cinco temas que escribí de diciembre de 2018 a mayo de 2019 y que, dos años después, aún sigo sintiendo profundamente.
Hija del folk rock y el pop alternativo, en el momento de componer Pieces tenía a Bon Iver, Daughter y Lorde en modo repeat. Sin embargo, siento que no hay un género o un artista cuya música haya permeado la mía lo suficiente como para considerarme su discípula. Me gustaría pensar que voy encaminada, pese aún seguir descubriendo qué clase de sonido quiero producir, a crear algo especial y único.
Tengo tendencia a escribir canciones tristes pese a ser una persona inmensamente feliz. Suelo decir que no hay poeta que escribe cuando está contento, pues en esos momentos estamos demasiado ocupados en disfrutar del ahora.
Aspiro a poder ser fruto de inspiración de otros, ya sea creando un vínculo con las letras y las melodías, o ilustrando al oyente a un mundo distinto, uno donde todas las emociones son válidas y donde no hay pie para los «sincericidios», solo la verdad.
¿Cómo suele ser tu proceso creativo?
Como he dicho, tengo la gran suerte de poder inspirarme en todo y más. No tengo que vivir algo yo personalmente para poder escribir sobre ello. Es más, la gran mayoría de canciones que he compuesto han sido fruto de observaciones, de ponerme en la piel de otras personas, de dejar que un libro me inspire, una frase que leo en el metro, una conversación que tengo con un desconocido… Evidentemente, aquellas con las que me siento más vinculada son las que he escrito como consecuencia de mis sentimientos y pensamientos, pero no tengo que estar pasando por algo para componer.
Cuando tengo una idea, por muy mínima que sea, cojo mi guitarra, escojo tres o cuatro acordes, pongo la cejilla aleatoriamente, y dejo que salgan las palabras. Ninguna suele ser premeditada, es decir, no escribo la letra y luego le pongo la melodía, si no que salen ambas simultáneamente. Puesto que soy autodidacta y no tengo gran conocimiento del lenguaje musical, me grabo con la aplicación del móvil y una vez tengo algo que me gusta mínimamente, transcribo la letra que me ha salido y toco la melodía varias veces más, hasta que se me queda en el archivo mental de temas originales.
Con Raúl Juan, el productor de Pieces, fue fantástico porque, de las demos que yo compuse a guitarra/piano y voz sin más, salieron temas redondos y completos, con instrumentos que yo no hubiese podido imaginar en el momento en el que escribía la canción. Eso es lo maravilloso de colaborar con otros talentos: que de una pequeña idea pueda salir un gran proyecto.
Pieces será el cuarto lanzamiento que realices a través de iMusician. ¿De qué manera te ha ayudado iMusician en tu carrera?
Cuando se acercaba el momento de lanzar mi primer single, tuve en mente varias plataformas de distribución. Hice un estudio previo comparando todas y pregunté a amigos que también van de forma independiente. Finalmente me decanté por IMusician porque fue la que más me recomendaron. Estoy muy contenta con el servicio que ofrece, es una plataforma clara y fácil de navegar, y hacen que el lanzamiento sea fácil y claro. He tenido percances en varios momentos desde que empecé con “Fragile” por despistada y al mandar e-mails pidiendo ayuda, suelen tener la respuesta. Tener la confianza de poder contactar con alguien si necesito ayuda es genial.
¿Qué tienes ahora mismo entre manos? ¿Qué proyectos te aguardan este 2021?
El 2020 fue un año en el que empecé a tener claro quién soy y qué clase de imagen quiero dar. Fue llegar a estar en un punto de armonía conmigo misma y ver que esa misma imagen era la que quería dar. No podía estar cantando letras sinceras y honestas sin serlo yo, me parecía una hipocresía. Me ha tomado tiempo saber cómo afrontar el proyecto, sobretodo considerando que se grabó en 2019 y está saliendo dos años después. Esos dos años, sin embargo, han sido cruciales, y no cambiaría como lo he hecho por nada del mundo.
Pieces es un primer proyecto. Cinco canciones de un repertorio de cientos, y me muero de ganas de seguir escribiendo, componiendo y grabando. Lo que estoy componiendo últimamente está tomando una dirección diferente. No es un cambio brusco, sino más bien un crecimiento. Creo que es obvio que no soy la misma persona que era hace dos años, y mucho ha pasado desde entonces. Sin embargo, saco este primer proyecto como una carta de presentación al mundo, un capricho, un trailer de algo que espero que dure muchos muchos años más. Y tengo sed de más pues, desde que me despierto hasta que me voy a dormir, existo con y gracias a la música.
Dejaré respirar Pieces por un tiempo mientras trabajo en grabar nuevos temas y, quien sabe, tal vez este 2021 traiga más de cinco canciones.