Massivan surgió a finales de los 90, cuando Ivan Pezzini empezó a pinchar y a producir música electrónica en Suiza. De educación clásica (empezó a tocar el violín con sólo seis años), pronto descubrió otros instrumentos y se metió de lleno en el mundo de la ingeniería de audio. Su amplio conocimiento musical le ha permitido tocar todos los palos dentro de la música de baile, lo que le ha hecho publicar con varios sellos y recorrer los clubs más selectos de Europa. Establecido desde hace tiempo en la isla de Formentera, Massivan anda su propio camino en la industria independiente y sin dejar de facturar temazos, como este refrescante Mooving Grooving de aire lounge que recientemente ha publicado a través de iMusician.
¿Podrías hablarnos de quién es Massivan y presentarnos tu proyecto musical?
Suelo describir mi música como “ecléctica”, dado que puedes encontrar desde jazz hasta techno en mis producciones: todo depende de cómo me siento personalmente en el momento de sentarme en mi estudio.
En los últimos años he colaborado principalmente con la cantante Bea Luna y con varios músicos esparcidos por el mundo. Publico mis producciones en mis dos sellos propios: Pmusica y Modest Electronica, uno para downtempo y el otro para uptempo.
¿Qué nos puedes contar sobre tu último single Mooving Grooving? ¿Qué música flotaba en tu día a día a la hora de producirlo?
Mooving Grooving nació en el verano de 2021, con las ganas de volver a una vida más normal que en los últimos dos años. Es una de las pocas canciones que canto yo personalmente (aunque con muchos efectos en la voz, jaja). En principio había tocado yo todos los instrumentos pero, al verle potencial a la canción, busqué ayuda de un guitarrista, de un bajista (ambos instrumentos fueron tocados finalmente por Nicolas Fiszman) y de un pianista (Philippe De Cock). La batería y las percusiones están hechas por mí.
¿Cómo suele ser tu proceso creativo?
Suelo empezar con la música, a veces con la sección rítmica y otras veces con una melodía que tengo en la cabeza. Una vez consigo más o menos una estructura, si quiero ponerle voz, dejo cantar a Bea (o canto yo), pero solo onomatopeyas. Es decir, solo vocales y consonantes. Después voy cortando y juntando las frases musicales que más me gusten y construyo una línea vocal hasta que tenga una progresión que me guste. Entonces es cuando empiezo a escribir el texto, respetando la rítmica y las sílabas. De esta forma, cuando Bea o yo volvemos a grabar el texto, serán líneas que ya hemos cantado anteriormente y sale más fácil. Llevo trabajando muchos años así y es la forma que mejor me funciona para escribir textos.
Una vez acabado el tema, me dedico a la mezcla, que puede tardar poco o mucho. La masterización no la hago nunca yo mismo para mis canciones. Siempre las envío a Dan Suter de Echochamber en Zürich. No aconsejaría a ningún productor joven que haga él mismo la masterización de sus canciones ya que, después de haberlas compuesto, producido y mezclado, se pierde toda objetividad y es conveniente buscar un oído fresco.
¿Qué significa para ti ser artista independiente? ¿Es un camino elegido conscientemente? ¿Lo recomendarías a otros artistas?
Ser independiente siempre ha sido muy importante para mí en general, en todos los aspectos de mi vida.
En cuanto a la música, elegí este camino de manera totalmente consciente después de unas experiencias algo desagradables, habiendo firmado contratos con sellos al principio de mi carrera musical.
Existen tanto aspectos positivos como negativos. Por un lado, puedes hacer lo que quieres, cuando quieres y como quieres. Pero, por otro lado, no puedes aprovecharte de la maquinaria que pueda tener un sello grande, como son los seguidores, la distribución y un presupuesto para marketing. En definitiva, el camino es más difícil pero, al mismo tiempo, más libre.
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Si pudieras cambiar algo en la industria musical, ¿qué sería?
Uf… pregunta difícil. Claro, no estaría mal si Spotify empezara a pagar más royalties a los artistas.
No sé, es tan difícil destacar entre los millones de lanzamientos que salen cada mes… no sabría que cambiar para que esto no fuese así. Con los avances que ha hecho la industria musical, ahora producir a un alto nivel de calidad se ha vuelto casi un juego y hay muchísimos artistas que sacan miles y miles de temas cada día. Muchas veces (casi siempre) es hasta imposible que algún A&R escuche tus demos si no tienes enchufe. No sé, la verdad.
Cuentas con la friolera de 13.465 oyentes mensuales en Spotify. ¿Cómo ha sido tu periplo por las plataformas de streaming y descarga?
Seguro que hay muchos oyentes que todavía me conocen de cuando solía pinchar por Europa. Por otro lado, salieron algunos temas míos en varios recopilatorios de Hotel Costes y Buddha Bar cuando todavía se hacían discos y CDs. Estoy seguro de que estas dos marcas todavía tienen muchos seguidores y me han ayudado en parte a llegar a estas cifras (que honestamente no llegan a pagar ni una cena al mes).
¿De qué manera te ha ayudado a iMusican a desenvolverte en las mismas?
Me encanta iMusician. Los conozco personalmente y cuento como amigos desde que nacieron hace muchos años en Zúrich.
La plataforma es muy intuitiva y sencilla, es muy fácil llegar a publicar un tema o un álbum entero con ellos y, sin duda alguna, me ayudaron a llegar a estos miles de oyentes mensuales.
Te vemos muy activo en redes sociales. ¿Qué importancia tienen estas para tu carrera?
La verdad es que no las utilizo tanto como parece. Hoy en día, las redes sociales lo son todo, pero no hay que subestimar también los directos, en mi opinión (cosa que, lamentablemente, tampoco hago).
¿Cuál ha sido el mayor obstáculo que te has encontrado desde que empezaste en la música? ¿Cómo lo superaste y qué consejo les darías a otros músicos que empiezan para sortearlo?
El mayor obstáculo ha sido el tiempo: el no tener lo suficiente para dedicarlo a ser creativo. Hasta que vivía solo se me daba bien pero, desde que fundé una familia, la música ha tenido que pasar a un segundo plano, ya que no me da ni para pagar el alquiler. He tenido que dedicar más tiempo a un trabajo que me dé un ingreso fijo a final del mes, y esto me ha quitado un montón de tiempo para la música.
Hace 20 años emigré a Formentera y, desde hace una decena de años tengo un negocio de temporada en las islas. El compromiso ha sido que ahora trabajo en verano y me dedico a la música en invierno.
Mi consejo para músicos que empiezan sería el siguiente: dalo todo, cree en ti mismo, acaba las canciones que empiezas, y nunca te olvides que lo haces por el amor a la música y no por el dinero.
¿Qué tienes ahora mismo entre manos? ¿Qué proyectos te aguardan en los próximos meses?
Ahora mismo, ya que estamos en invierno, estoy en fase producción. Como cada invierno, tengo unos proyectos con Bea Luna y además estoy trabajando en un EP que me gustaría publicar como NFT en la blockchain. En los últimos 4 años me he convertido en un fanático de la tecnología blockchain e intento estar en la vanguardia de esta revolución tecnológica.
A partir de Semana Santa, ya se me acabará el tiempo y me concentraré más en publicar con iMusician y a trabajar la temporada.
Gracias por la oportunidad y un abrazo atodos.