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Cómo introducir tu música en televisión y cine: derechos de sincronización (Parte 2)

  • 01 septiembre 2016, jueves
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Televisor vintage en fondo de madera

Patrick Niesler, fundador del sello y editora de música independiente RipCue Music, ofrece una visión profunda del tema de los derechos de sincronización para el segundo artículo de la serie ”Cómo introducir tu música en televisión y cine: los derechos de sincronización”.

Ya os iniciasteis en los fundamentos de los derechos de sincronización y en los acuerdos relevantes en esta materia en el primer artículo de esta serie. Ahora sabéis cómo funcionan los derechos de sincronización y qué parámetros han de cumplirse para establecer un precio de licencia. Eso es que ya estáis preparados para escribir facturas de forma diligente… ¡Pero esperad! Primero, necesitáis la solicitud de licencia de sincronización, o conseguir que una de vuestras pistas sea utilizada en una producción. En esta serie, os hablo específicamente de material existente, no de las clásicas comisiones de producción que podáis recibir como compositores. Se trata de cómo generar licencias de sincronización para canciones existentes y hacer dinero con vuestro propio catálogo. Por lo tanto, discutiremos los siguientes puntos en este segundo artículo de la serie:

  • ¿Dónde encaja tu música?
  • ¿Cuáles son los contactos adecuados?
  • ¿Cómo entrar en el negocio?
  • ¿Por qué tiene sentido trabajar con una editora?
Con esta información, puedes desarrollar una estrategia de sincronización fácilmente basada en tu propia música.

¿Quién está buscando música?

Ya sabemos dónde se puede registrar la música - en todas partes-. Puedes ofrecer una licencia de sincronización o el usuario de la música debe obtener la licencia correspondiente, en caso de que no exista un marco contractual con una sociedad de derechos de autor. Y, por lo general, ése va a ser el caso en campos como el cine, la publicidad, las grandes producciones de cine, producciones de Internet y vídeojuegos.

El primer paso: !haz los deberes¡ No eres editor y no tienes un gran catálogo, así que debes estar plenamente informado de los segmentos en los que tu música puede encajar. Se honesto contigo mismo; si te especializas en Schlager alemán, tu música difícilmente será apropiada para cintas corporativas o juegos, al menos no en la mayoría de los casos. A menudo he leído sobre artistas que se refieren a su música como "sincronizable". Es el cliente el que tiene la última palabra ahí. La noción de "sincronizable" en realidad no existe, ya que es contingente a la pista adecuada para un uso relevante. Digamos que eres un cantautor con canciones potentes sobre el amor, la libertad y el sol. Entonces debes saber para qué escenas de película, anuncios y videos de su música sería adecuada. Debes concentrarse en las películas que se ocupan de temas que encajan con tu estilo o marcas que puedan usar tu música para uno de sus anuncios. Ya hemos determinado el área y el tipo de clientes que se adaptan a nuestra música. Por supuesto, es necesario hacer una investigación para identificar a las compañías adecuadas, pero con eso no es suficiente; en última instancia, tendrás que tratar con las personas que eligen las canciones, las utilizan para la producción y, finalmente, registran la música. Piensa en quiénes son estas personas.

¿Quién influye en los que deciden qué música se utiliza? No me refiero a los que toman la decisión final - si una empresa está haciendo un anuncio, puede decidir en el último minuto que la música es "demasiado de heladería" y pedir a la agencia de publicidad que cambie la pista-. De hecho, esto sucede con muchísima frecuencia. La gente que estás buscando son los que combinan la música e imagen y son ellos a los que necesitas que tu música inspire. Entre estos se encuentran los directores, editores y supervisores musicales, por nombrar sólo unos pocos.

Contactar con posibles usuarios de música

No hay una receta única y verdadera para entrar en contacto con los usuarios de música. Debe ocurrir sencillamente en el momento adecuado. Usa un toque personal, no seas inaccesible o arrogante; simplemente juega el juego. No es raro que los usuarios de música en estas áreas reciban cientos de canciones que les son enviadas cada mes. Por lo tanto, que no te sorprenda si alguien no se echa encima de tu oferta con euforia. A veces se necesita un poco de tiempo .Si quieres enviar un recordatorio, hazlo, pero que no se te olvide decir algo nuevo. "Sólo quería comprobar si tienes mi correo" es una pérdida de tiempo y no es muy efectivo.

También es un éxito si recibes regularmente propuestas musicales de organismos y productoras. De esa forma sabes en todo momento lo que están buscando para cada proyecto. Una vez más, se fiel a ti mismo y envía sólo el material que realmente se ajusta al briefing. Aunque vivamos en un mundo digital, todo acaba reduciéndose al contacto personal, y hace falta tiempo para cultivarlo.

¿Por qué es razonable trabajar con un editor?

Si no quieres hacer todo el trabajo tú mismo, deberías plantearte colaborar con una editora. Un editor, por lo general, tiene una red de contactos, es invitado regularmente a proyectos de música y abordado directamente por los clientes para que les envíe la música adecuada. Un buena editor es el enlace entre la creatividad y el negocio musical (con los derechos de sincronización). Él o ella negocia para ti cuando llega el momento de establecer el precio justo y se encarga de todas las cuestiones de licencia cuando los derechos expiran. Sin embargo, un editor no va a hacer todo esto gratis. Por supuesto, los editores quieren una parte de los royalties de licencia directa e ingresos relacionados con otros derechos. Por ejemplo, si la música está siendo utilizada para un anuncio, él o ella querrá una parte de los ingresos potenciales en televisión que distribuyen las sociedades de derechos de autor. La proporción varía mucho entre un editor y otro, pero en general está entre el 40% y el 60% .Es importante que todos los artistas sepan que están concediendo no sólo los derechos de sincronización (es decir, los derechos de uso), sino también a todos los demás derechos de publicación, prorrateados a la editora en este caso.

Cuando escojas una editora, siempre has de preguntarte tres cosas:

  1. ¿Cómo encaja mi música con otros grupos de la misma casa (en términos de género y calidad, por ejemplo)?
  2. ¿Las referencias de la editora van en consonancia con mis metas?
  3. ?Conectamos a un nivel personal y estamos en la misma “longitud de onda”?
Hay docenas de opiniones al respecto, tanto de músicos como de clientes. Los primeros prefieren los grandes editores, por la mejor distribución y amplia selección, mientras que los segundos prefieren editores más pequeños que ofrecen la ventaja de un buen contacto personal y la familiaridad. Al final, tienes que seleccionar en función de tus propias preferencias específicas.En cualquier caso, tener una editora y un sello te permitirá concentrarte por completo en la música. Si aun así, quieres ser completamente independiente, puedo ofrecerte algunos consejos clave sobre cómo llegar al cliente en mi próximo artículo de esta serie.

Mantente a la escucha,Atentamente,Patrick

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