Spotify pone en marcha nuevas normas contra el spam, la suplantación de identidad y el fraude mediante IA

A lo largo de la historia, la música ha evolucionado de forma paralela a la tecnología. Aunque la tecnología ha hecho más accesible la producción musical, los recientes y rápidos avances de la inteligencia artificial han resultado especialmente inquietantes para muchos artistas. El auge de la IA ha obligado a las empresas a equilibrar la innovación con la responsabilidad, y muchas han actuado con bastante lentitud. Las plataformas de streaming de música se han encontrado en una situación delicada, teniendo que decidir hasta qué punto están dispuestas a acoger la nueva tecnología o mantenerla a distancia.

En los últimos meses, algunas plataformas han empezado a permitir cautelosamente que los artistas suban canciones que incorporan IA. Las reacciones de artistas y oyentes han sido diversas. Muchos siguen inquietos por la creciente normalización de la IA en la música, mientras que otros la acogen como una oportunidad para experimentar y ampliar los límites creativos. También hay voces que sostienen que restringir demasiado la IA podría, en última instancia, hacer más mal que bien, ya que está bastante claro que la tecnología ha llegado para quedarse.

No obstante, las plataformas se ven presionadas para proteger a los artistas de la IA, evitar el abuso de los derechos de autor, filtrar la "bazofia de la IA" y asegurar tanto a los creadores como al público que, si se permite, la música con IA se etiquetará como tal. Deezer es un ejemplo. La plataforma ha puesto en marcha herramientas de detección para etiquetar claramente los contenidos en los que ha intervenido la IA, excluye esas pistas de los algoritmos de recomendación y limita su participación en las listas de reproducción editoriales.

Mientras que Deezer reaccionó con bastante rapidez, la postura de Spotify sobre el uso de IA en las canciones subidas ha sido bastante vaga, al menos hasta ahora. Aunque en general permitía a los artistas subir música generada o asistida por IA (siempre que no violara ninguna de sus políticas o derechos de autor), se centraba principalmente en las políticas de moderación, la prevención de la manipulación de los derechos de autor y los controles de spam más que en medidas específicas relacionadas con la IA.

Sin embargo, un anuncio reciente sugiere que Spotify ha empezado a tomarse la IA más en serio. En un artículo publicado en la sala de prensa, la plataforma reveló que tomará medidas concretas para proteger a los artistas de las consecuencias perjudiciales de la IA mediante la introducción de nuevas normas en torno a la suplantación de identidad, el spam y el engaño.

Aunque Spotify afirma su compromiso de dar a los artistas la libertad de utilizar la IA, advierte de que la tecnología puede ser utilizada indebidamente por "malos actores y granjas de contenidos para confundir o engañar a los oyentes, introducir "bazofia" en el ecosistema e interferir con los artistas auténticos que trabajan para construir sus carreras". Este tipo de contenido de IA perjudicial degrada la experiencia de usuario para los oyentes y a menudo intenta desviar los derechos de autor a los malos actores".

Pero, ¿qué medidas exactas pretende tomar Spotify? Veamos los detalles.

Una de las principales preocupaciones de Spotify es la suplantación de identidad. Con la clonación de voz por IA cada vez más avanzada, los músicos corren cada vez más riesgos de que sus voces se utilicen en deepfakes o canciones falsas. La clonación vocal no autorizada se aprovecha de la identidad de un artista, socava su arte y amenaza la integridad de su trabajo.

Para hacer frente a esta preocupación, Spotify ha introducido una nueva política de suplantación de identidad que describe cómo se tratarán estos casos. Según las normas actualizadas, la suplantación de la voz sólo está permitida cuando el artista ha dado su permiso explícito. Al mismo tiempo, la empresa reconoce que algunos artistas pueden optar por ceder sus voces a proyectos de IA, y subraya que esta decisión debe seguir estando bajo el control del artista.

Spotify también está reforzando las protecciones contra las subidas fraudulentas que colocan canciones generadas por IA o robadas en los perfiles de artistas legítimos. Internamente, Spotify está ampliando su sistema de discordancia de contenidos, reduciendo los tiempos de espera para la revisión y ofreciendo a los artistas la posibilidad de marcar contenidos discordantes incluso antes de su publicación.

Además, Spotify está intensificando sus esfuerzos contra el spam y el fraude. No es un terreno nuevo para Spotify, que ha invertido mucho en sistemas complejos para detectar actividades fraudulentas.

El principal problema es que la IA hace que sea mucho más fácil producir música de baja calidad a gran escala. Por este motivo, Spotify ha decidido dar un paso más y poner en marcha un filtro de spam musical para identificar y etiquetar a quienes suben música y canciones sospechosas. De esta forma, se pretende impedir que los malos actores generen derechos de autor que deberían ir a parar a los artistas y compositores profesionales.

El cambio es urgente: sólo en los últimos 12 meses, en pleno auge de la IA generativa, Spotify ha eliminado más de 75 millones de canciones spam. Dicho esto, el proceso será bastante lento y cauteloso, ya que Spotify quiere evitar penalizar a los artistas legítimos.

Por último, Spotify decidió avanzar hacia una mayor transparencia en torno a la IA, en respuesta a la creciente demanda de los oyentes. El principal reto es que el uso de la IA a menudo se sitúa en un espectro, desde una sutil ayuda en la producción hasta canciones totalmente generadas, lo que hace que una simple etiqueta de "IA o no IA" sea demasiado limitada. Para solucionar este problema, Spotify respalda una nueva norma de divulgación desarrollada por DDEX, que ofrece a los sellos discográficos, distribuidores y socios una forma de indicar dónde y cómo se ha utilizado la IA en una canción.

Esta información aparecerá directamente en la aplicación y abarcará desde las voces y la instrumentación generadas por IA hasta el trabajo de postproducción. El objetivo es reforzar la confianza en toda la plataforma y trabajar por un futuro en el que los artistas sigan controlando sus decisiones creativas, con salvaguardias para protegerse de los abusos.