El gran desarrollo y el crecimiento de los servicios de streaming es útil por un lado, pero por el otro es también superficial.
Entrevista
1/ ¿Cuál crees que es el mejor servicio de streaming para música clásica?
Difícil… yo diría que Tidal por la calidad, ya que puedes transmitir música sin pérdidas, así que la calidad de sonido es bastante alta. Spotify y Apple Music son también plataformas muy buenas a día de hoy, no sólo para streaming, sino también para promocionar tu material. Sin embargo, yo diría que la mejor manera de disfrutar de un disco clásico es en vinilo. No sólo por el soporte en sí, sino también por el gesto de tomarte tu tiempo para sacar un disco, colocarlo en el reproductor y escucharlo. A veces el streaming puede ser un poco superficial ya que todo va muy rápido y se puede saltar y saltar fácilmente sin centrarse realmente en el contenido.
2/ ¿Crees que el streaming de música clásica es beneficioso para los artistas y la audiencias?
Desde el punto de vista del mercado, es beneficioso, sin duda. En general es una tecnología que permite a la gente descubrir un catálogo infinito de música a un precio muy razonable. Y para el artista, yo diría que también es beneficioso, ya que permite que tu música se extienda por todo el mundo con cierta facilidad.
3/ ¿Cómo dirías que escucha música clásica la mayoría de la gente?
Difícil de decir. Creo que la gente muy apasionada sigue prefiriendo usar productos físicos, ya sea LP o CD. Pero en general no sabría decir… yo personalmente escucho a través de ambos sistemas, tengo una colección de discos decente, pero a menudo también uso Tidal o Spotify. Además, es un hecho que la realización de la música también ha cambiado. Si piensas en el desarrollo de los altavoces bluetooth (SONOS por ejemplo), por ejemplo, que ahora suenan cada vez mejor y que son fácilmente conectables con teléfonos y portátiles, entonces, por supuesto, el streaming se convierte en el sistema principal.
4/ ¿Crees que la música clásica está cambiando en el plano artístico debido al mercado digital?
En parte sí. El gran desarrollo y crecimiento de los servicios de streaming es útil, por un lado, pero también superficial, por otro. La gente ahora escucha música clásica/contemporánea principalmente para concentrarse, estudiar y relajarse. Así que se ha convertido en una música de fondo en cierto modo, algo que uno pone cuando tiene que hacer otra cosa. Vale que, en general, la música sea para poner de fondo; puedes poner un disco mientras cocinas, charlas con amigos o lees, pero la diferencia es que puedes elegir la música que más te convenga para esa ocasión tan peculiar. Con el streaming, a menudo son otros quienes deciden por ti, y no controlas completamente lo que va a suceder a continuación. Y al final lo aceptas porque es agradable y no tienes que pensar en ello. Con un sistema como este es obvio que parte de la música que acabas transmitiendo es muy superficial, no es interesante, viene derivada de otra cosa, «inventada» en cierto modo. Hay artistas y nombres que ves a veces que sólo existen ahí, pero que no tienen historia ni antecedentes.
5/ ¿Cómo haces para crear un álbum? ¿Vas a un estudio, o te grabas a ti mismo y lo produces, o ambas cosas?
Es una combinación de ambas. Normalmente mantengo el proceso de grabación muy abierto y espontáneo y lo hago sólo, con mis grabadoras y pianos. A veces también mientras estoy de viaje; si hay un buen instrumento me tomo un tiempo después de una prueba de sonido en una buena habitación y grabo algo. También he producido la música. El tiempo de estudio llega cuando se empieza a mezclar. Creo que es una parte esencial del proceso que requiere un oído externo, que pueda ayudar a ver las cosas desde otra perspectiva, y dejar que la música fluya mejor.