Comprar reproducciones en Spotify: Streams falsos, ¿sueños reales?

Desde que comenzó la transformación de la industria musical hacia el streaming, he perdido la cuenta de todos los músicos que han tratado de engañar al sistema; ya sea tratando de reproducir sus canciones una y otra vez en varios dispositivos o a través de sus redes sociales. Siempre he pensado que era un chanchullo demasiado cutre para hacerlo yo mismo, así que no puedo asegurar si realmente le ha funcionado a alguien o no. Sin embargo, me sorprende descubrir que esta misma práctica está siendo llevada a cabo por empresas "serias" en internet y, como es de esperar, las plataformas de streaming como Spotify no van a hacer la vista gorda.

Cada vez son más los artistas que presentan cifras inusuales en sus datos de ventas; cosas como un pico de reproducciones un día de repente, en una plataforma determinada y con un origen sospechoso. A menudo, estas canciones sólo se reproducen durante 31 segundos (Spotify sólo tiene en cuenta las reproducciones de más de 30 segundos). La plataforma lucha diariamente contra estas prácticas corruptas, eliminando ciertos lanzamientos y creando listas negras con aquellos perfiles de artistas que parezcan utilizar métodos fraudulentos. Es importante entender la diferencia entre pagar a una agencia de comunicación para que se ponga en contacto con curadores independientes en tu nombre (lo cual es una práctica comercial legal) y pagar directamente por estos “pseudostreams” (lo cual está prohibido y se considera un fraude).

La principal diferencia entre los servicios y paquetes promocionales legales y las prácticas ilegítimas es que el crecimiento obtenido es orgánico, lo que significa que tus canciones serán descubiertas y escuchadas gracias a estrategias de marketing para obtener visibilidad como el posicionamiento de producto (contactando con selectores de playlists), las relaciones públicas, cayendo en gracia a los diversos actores de la industria musical, etc. Este crecimiento sólo puede ocurrir en plazos de tiempo realistas, obteniendo reproducciones y ganando seguidores desde países de origen creíbles. En sí mismo, obtener escuchas más allá de esa marca de 30 segundos no es beneficioso para el artista a largo plazo, ya que estas no son realizadas por un oyente real ni están contribuyendo a construir o fortalecer una base de seguidores real que las pueda sostener a largo plazo. Además de arriesgarte a entrar en la lista negra por recurrir a métodos corruptos, la triste realidad será que nadie está escuchando tu música en el mundo real.

No creas los anuncios de “compra seguidores reales en Spotify” o “compra reproducciones reales”. Si buscas ganar seguidores o tener escuchas reales (es decir, orgánicas), tienes que jugar limpiamente promocionando tu música en redes sociales o a través de campañas de comunicación. En el caso de que quieras pagar por promoción (y no por esas sospechosas empresas que sólo ofrecen escuchas falsas), puedes publicar anuncios en Spotify a través de Spotify Ad Studio.

Puede ser difícil diferenciar entre una compañía de promoción legítima y las llamadas ‘granjas de clicks', si lo único que te obsesiona es obtener la mayor cantidad posible de reproducciones. Ambas se anuncian de manera similar para atraer clientes, garantizando un mayor número de reproducciones y mayor popularidad. Debes fijarte bien en las sutilezas de estos anuncios y servicios, así como los precios y paquetes que ofrecen. A medida que somos más conscientes de las trampas de la era digital, nos damos cuenta de que no todos los servicios de la web resultarán ser lo que parecen... y si algo parece sospechoso, probablemente lo sea.

Un montón. No es sólo el precio por los servicios sino también perder credibilidad, o incluso la eliminación de tus canciones por parte de las plataformas.

Simplemente echando un ojo al diseño gráfico del sitio web, ya tendrás una señal de si la empresa es de fiar o no. Por ejemplo, en la página principal de Streamify hay una foto bastante chula de Dale C, “artista de rock clásico” según ellos, con su guitarra eléctrica y que afirma que al usar Streamify su popularidad aumentó en un 400 por ciento. Debajo de la foto hay un botón donde pone «Más información»', así que un día hice clic en él y me llevó a la foto de un tal J.D., “intérprete de blues”, también con su guitarra y una lista de estadísticas de Spotify que representaban un inmenso crecimiento de su popularidad. Después de muchas búsquedas, no pude encontrar a Dale C. o a J.D. en ningún otro lugar de internet (ni entrevistas, ni conciertos, ni notas de prensa), a pesar de ese éxito repentino del que supuestamente gozaban gracias a la plataforma.

La compañía Streamify anuncia, por un lado, millones de reproducciones por día y, en el mismo párrafo, garantiza realizar 100.000 reproducciones diarias a través de su red de socios, supongo que a un precio de entre tres y cuatro euros por cada 1.000 reproducciones. Eso puede sonar bien para conseguir 100.000 reproducciones al día, pero en el mismo párrafo también aparece lo siguiente: "La gente que reproducirá las canciones es totalmente aleatoria. Las reproducciones no pueden basarse en perfiles, demografía o lugares específicos". Obviamente, estas cosas ponen de manifiesto que se trata de un negocio sospechoso, ya que cualquier empresa de promoción musical que se tercie no le diría a sus clientes que no usa perfiles, datos demográficos ni ubicaciones específicas. Si optas por alguna agencia legítima, éstas contarán con una red genuina en la que es poco probable que puedan garantizar 100.000 reproducciones reales por día. No obstante, utilizarán estrategias de marketing dirigidas al tipo apropiado de oyentes potenciales, en un lugar determinado y para una campaña específica, lo que hará que tus reproducciones aumenten de forma drástica (y orgánica) a lo largo de toda la campaña.

Además, cuando se trata de repartir el pastel de los ingresos, estas malas acciones tienen un efecto perjudicial en toda la comunidad de músicos que venden su música en Spotify. Cuando compras streams falsos a través de un promotor falso, en realidad estás robando regalías de otros artistas que han seguido las reglas y han generado escuchas orgánicas. Para distribuir las regalías entre los artistas, Spotify toma el importe global de los ingresos procedentes de la suscripción premium mensual, lo divide por el número total de streams y lo multiplica por los streams de cada artista. Por lo tanto, el aumento del número de falsos plays en Spotify disminuirá la participación de otros artistas en los ingresos. Como consejo adicional, probablemente no sea una buena idea lanzar álbumes compuestos sólo de temas de menos de un minuto, a menos que en realidad se trate de composición muy corta, porque también puede parecer sospechoso a ojos de Spotify.

Una vez más, no. Encontrarás todo tipo de empresas de promoción musical en internet pero, lo que realmente importa es la intención, más allá de la cantidad que estés dispuesto a pagar. Si simplemente quieres clics, puedes comprar un paquete de estos y asumir el riesgo. En cambio, si lo que deseas es desarrollar tu carrera musical de forma orgánica y creíble, entonces puedes (y te lo recomendamos encarecidamente) pagar por ese tipo de servicios. Puede que se trate de un proceso más lento pero, al menos, será real.

Siempre he sido partidario del háztelo tú mismo y de las estrategias de promoción prácticas, lo que no significa dar palos de ciego hasta ganar popularidad, sino tomarse el tiempo de cultivar verdaderos seguidores y fanáticos oyentes. Ocasionalmente, esta premisa se puede complementar con el trabajo de las agencias de promoción, aprovechando el conocimiento adquirido sobre nuestra base de fans para trazar campañas dirigidas a alcanzar una meta específica y que estén cuidadosamente enfocadas en un grupo demográfico y lugar específicos. Con el tiempo, los números dejarán de importarte tanto, y lo que realmente contará será tener seguidores reales que escuchan tu música con absoluta devoción, que estén al tanto de tus últimas novedades y que te apoyen en tus conciertos.

Lee también nuestra guía sobre «Promoción musical en Spotify».