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Licencias de música: lo que debes saber como artista

  • Martina
  • 23 septiembre 2022, viernes
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Music licensing imusician

Las licencias para usar música con derechos de autor ofrecen a los artistas una vía adicional para ganar dinero con su obra. Por ello, es crucial que los músicos tengan un amplio conocimiento de la importancia de las licencias y el funcionamiento de la industria en este sentido. En este artículo, te explicaremos qué son las licencias de música y te guiaremos a través del proceso para licenciar tus canciones.

Edición musical y licencias musicales

Para empezar, es importante hacer una distinción entre la edición musical y las licencias musicales. Con licencia musical nos referimos a la transferencia de derechos de un compositor, sello discográfico o editor a una persona o entidad para que use la música con fines comerciales durante un periodo específico de tiempo. En la mayoría de los casos, la música licenciada se usa en medios audiovisuales como películas, series de Netflix, videojuegos, pódcast, programas de televisión, cualquier vídeo comercial o de YouTube y todo tipo de anuncios (en televisión, radio o internet). En una licencia musical se especifica el propósito con el que se usará la obra, cómo usarla correctamente dependiendo del tipo de licencia y qué suma económica se recibirá por la transferencia. En términos sencillos, una licencia musical es una autorización para usar música con un fin específico durante un periodo concreto de tiempo.

La edición musical, por otra parte, puede definirse como la gestión de una pieza musical para fines comerciales; en otras palabras, con el propósito de generar beneficios a través de la obra. El compositor/letrista puede encargarse de la edición directamente o firmar un contrato con un editor o una compañía de edición musical. Estos últimos garantizan que el compositor/letrista reciba un pago cada vez que su obra se use con fines comerciales, desde espectáculos en directo a transmisiones radiofónicas.

La autoedición puede parecer más rentable, ya que el artista se queda con el 100 % del dinero generado por su obra. Sin embargo, es una tarea que requiere mucho tiempo y precisa de una red de contactos en la industria. El acuerdo de edición estipula cómo se asignarán los derechos del álbum al editor o la compañía editora y qué porcentaje se llevarán estos últimos de las regalías generadas.

En resumen, la licencia musical se refiere a un acuerdo que permite la transferencia de derechos de una pieza musical con fines comerciales, mientras que la edición musical se ocupa de la gestión de los acuerdos firmados para una obra concreta que va a ser usada de forma comercial.

Music publishing vs music licensing 3

Explicación simplificada de la diferencia entre edición musical y licencia musical.

¿Por qué son importantes las licencias musicales para los artistas independientes?

La propiedad intelectual en la música siempre ha desempeñado un papel crucial en los medios audiovisuales, ya sea en películas, series y programas de televisión, pódcast o transmisiones radiofónicas. Que tu música aparezca en un producto audiovisual de consumo masivo se ha convertido en una importante fuente de ingresos para los músicos, sobre todo los independientes. Sin embargo, las licencias de música pueden parecer complicadas y quizás hasta confusas, por lo que es esencial que los artistas entiendan cuáles son sus derechos, qué beneficios ofrecen las licencias musicales y cuáles pueden ser sus ingresos.

Una licencia musical es un acuerdo que otorga permiso a un individuo o entidad particular para usar la propiedad musical registrada de un compositor y letrista con un propósito concreto durante un periodo de tiempo estipulado. Este documento legalmente ejecutable garantiza que, bajo las condiciones y circunstancias negociadas, el titular de los derechos de autor (el autor y compositor o el sello discográfico) recibirá un pago tras ceder a otra persona el derecho a utilizar su música.

El propietario de la música registrada también es el propietario de los derechos exclusivos para distribuir, reproducir, interpretar, mostrar y adaptar la obra registrada, así como para autorizar a otra persona el ejercicio de estos derechos. Esto da a entender que para que otra parte ejerza esos derechos, es necesario obtener una licencia y pagar una cantidad. Sin una licencia, o una licencia apropiada, no solo se está utilizando la obra de forma ilegal, sino que el propietario no recibe el dinero al que tiene derecho.

Una licencia musical, por tanto, sirve para proteger tanto al usuario como al propietario de la música registrada y permite a los artistas recibir los ingresos que necesitan para seguir creando música.

¿Quién es el titular de los derechos de una canción? Por lo general, el compositor de la música y el autor de las letras son los primeros propietarios de los derechos de una obra musical. Un músico que haya grabado la canción también puede ser el propietario si la ha escrito y/o compuesto. Si un sello discográfico financia la grabación, pasará a tener los derechos de esta y, dependiendo del contrato discográfico, puede que también sean los titulares de los derechos de la obra musical. El sello discográfico también tendrá los derechos del material de grabación.

Music publishing vs music licensing 2

Cómo licenciar tu música

Ahora que sabes lo que es una licencia musical y la importancia que tiene, pasaremos a explicar de qué forma tú, como músico, puedes licenciar tu música y en qué factores, pasos y condiciones debes fijarte.

¿Qué se está licenciando exactamente?

Para saber cómo licenciar una canción, primero tienes que saber cuál o cuáles son las propiedades que se están licenciando. Puede que pienses que se trata simplemente de la «canción» usada con fines comerciales. Sin embargo, toda pieza musical suele existir en formas diferentes: como partitura, como interpretación pública en directo, como canción en un EP o, lo más importante, como máster de grabación. Un máster de grabación, también conocido como «máster», es la grabación original oficial de una canción y la versión a partir de la cual se hacen las grabaciones posteriores, incluida la versión editada.

Es importante recordar que el máster de grabación tiene sus propios derechos y por lo tanto es la versión original de la canción que debe ser licenciada. Esto significa que cuando alguien de la televisión, el cine o la radio quiere pedir permiso para usar tu canción, debe obtener tanto el permiso de los derechos de la versión editada como los del máster.

¿Quiénes son los titulares de los derechos?

Quién posee qué derechos depende en gran medida del tipo de músico que seas y los acuerdos que tengas con otras partes. En la parte anterior de esta guía hemos mencionado que hay dos derechos: el máster y la versión editada (para saber más sobre regalías y derechos de autor, consulta esta guía). Si eres un músico independiente (compositor, letrista o músico de grabación) que a su vez es responsable de la edición de la grabación, serás el propietario de ambos derechos.

Si has firmado un contrato con un sello discográfico, en concreto uno importante, es muy probable que ellos sean los propietarios del máster de grabación. Esto, sin embargo, depende del acuerdo que hayas firmado.

Además, si has firmado un contrato con un editor o una compañía de edición musical, ellos serán quienes gestionen y representen tus intereses en la licencia, así como los responsables de cobrar en tu nombre los ingresos generados por tu obra.

También hay que tener en cuenta que una canción suele tener más de un autor, los cuales reciben unos beneficios a través del cobro de regalías. Esto hace que la licencia musical sea más complicada aún, ya que habrá más partes involucradas en el proceso de obtención del permiso para usar la canción con fines comerciales. La cosa puede complicarse aún más si un sello discográfico ha pagado la grabación y por lo tanto es el propietario del máster.

¿Qué se paga y a quién en una licencia musical?

En las licencias musicales, hay tres tipos de pagos: la tarifa por sincronización del máster de grabación, la tarifa por sincronización de la edición (ambas componen la «tarifa por sincronización») y las regalías de reproducción.

La «tarifa por sincronización» tiene que ser abonada por el individuo o la parte que adquiera la licencia. La cantidad puede variar desde cero hasta millones de dólares o euros, dependiendo del tipo de uso, la popularidad y el éxito comercial del artista o la canción. Esta «tarifa por sincronización» se abona al propietario del máster de grabación (por lo general, un sello discográfico) y al propietario de la canción editada (por lo general, un editor o compañía editora). Como artista independiente, tienes derecho a cobrar ambas tarifas.

El tercer pago se refiere a las regalías generadas cada vez que la canción se reproduce. Dependiendo del tipo de licencia que se haya obtenido, hay varios tipos de regalías, como regalías por reproducción, regalías mecánicas, regalías por sincronización o regalías digitales. Las regalías por reproducción suelen ser recaudadas por organizaciones de derechos de reproducción, también conocidas como entidades de gestión de derechos, como ASCAP (EE. UU.), BMI (EE. UU.), GEMA (Alemania), or PPL (Reino Unido). Cada trimestre, estas entidades hacen un recuento de las regalías por reproducción basándose en un cálculo del número de veces que se ha reproducido la canción. A continuación, distribuyen esas regalías entre los titulares de los derechos.

Otros tipos de regalías son recaudadas por entidades de gestión colectiva. Algunas organizaciones operan como entidades de gestión de derechos y entidades de gestión colectivas; por ejemplo, BMI, GEMA o SESAC.

Más información sobre las entidades de gestión de derechos y las entidades de gestión colectiva

Aunque la recaudación y distribución de las regalías por reproducción es una función importante de ambas entidades, su propósito principal es hacer de intermediario entre los titulares de los derechos (músicos y compositores) y los clientes (las partes que quieren usar la canción). También son responsables de la representación y negociación en nombre de los titulares de los derechos, especialmente en lo que se refiere a las tarifas por regalías y las licencias a usuarios potenciales.

Por lo tanto, desempeñan un papel fundamental en la industria de las licencias musicales, ya que son responsables de licenciar la transmisión pública de las obras de sus artistas. Las emisoras de radio, canales de televisión y plataformas digitales entran en un acuerdo conocido como blanket license o licencia musical general que les permite, normalmente por una tarifa anual, acceder al catálogo completo de un músico y usar tantas canciones con licencia como deseen. Estas licencias autorizan a estas partes a reproducir las canciones en diferentes tipos de medios: radio y televisión, así como plataformas de streaming como Spotify, Deezer o Apple Music.

Dependiendo del medio, pueden licenciarse diferentes tipos de derechos. Por ejemplo, está el derecho por reproducción pública, para cuando se usa la música en clubs o restaurantes, o el derecho por transmisión, que se aplica en el caso de la televisión y las emisoras de radio. Los derechos mecánicos representan el derecho a grabar, fabricar y distribuir la obra musical o las partituras del titular de los derechos.

¿Cómo puedes convertirte en miembro de estas entidades?

Unirse a una entidad de gestión de derechos es bastante sencillo, aunque en muchas ocasiones no sea gratuito. Primero tienes que decidir si quieres unirte como compositor, editor o como ambos. Las condiciones y requisitos para ser un miembro, así como la duración del contrato, dependen en gran medida de la organización.

La entidad de gestión de derechos más grande es BMI, una organización sin ánimo de lucro fundada en 1939. Ofrecen membresía a cualquier artista; los compositores no pagan ningún importe y los editores pagan de 150 a 250 $. Un contrato para compositores dura dos años y uno para editores dura cinco años.

ASCAP es un poco más pequeña que BMI y ofrece membresía a compositores y editores por una tarifa de 50 $ (100 $ si quieren registrarse como ambos). El contrato con ASCAP dura solo un año tanto para compositores como para editores; después pueden elegir renovar el contrato o pasarse a otra organización.

Algunas entidades pueden pedir requisitos especiales para músicos y editores. Por ejemplo, SESAC, al contrario que el resto, es una organización con ánimo de lucro y que solo acepta miembros por invitación. Algunas organizaciones pueden concertar una entrevista para decidir si eres un candidato adecuado para ser miembro o no.

Cómo elegir la entidad adecuada

Primero, tienes que saber que como compositor solo puedes pertenecer a una entidad. Los editores pueden trabajar con más de una organización a la vez.

Segundo, elegir una entidad de gestión de derechos no debería ser una elección difícil de tomar. Puedes preguntar a compañeros o compañeras de profesión o gente que trabaje en la industria musical para que te aconsejen o puedes asistir a algún evento y ponerte en contacto con empleados de una organización en concreto. Intentar establecer una buena relación con una entidad desde el principio te beneficiará. Si no te pueden aconsejar o no estás seguro de qué entidad elegir, escoge aquella que te ofrezca las mejores condiciones en la tarifa de membresía, la duración del contrato y los beneficios adicionales. Recuerda que las entidades de gestión de derechos también cambian de condiciones dependiendo del país.

Compañías de licencias de música y bibliotecas musicales

Aparte de las entidades de gestión de derechos, hay una gran variedad de compañías de licencias o bibliotecas musicales que se ocupan de licenciar la música por ti, negociando las condiciones o haciendo ofertas a clientes potenciales. Las compañías de licencias musicales suelen quedarse con un porcentaje de la tarifa por sincronización, pero te permiten controlar tu edición y recaudar todas las regalías por reproducción.

Un acuerdo con una biblioteca musical puede que no sea tan beneficioso económicamente, ya que suelen cobrar tarifas muy elevadas por adelantado. Por otra parte, pueden ser bastante eficaces a la hora de vender la música a los clientes y también te permiten cobrar tus regalías por reproducción.

¿Cómo puedes licenciar tu música como artista independiente?

Aunque moverse en el mundo de las licencias musicales puede ser más difícil si eres un artista independiente, ¡no tienes por qué hacerlo todo por tu cuenta! Si publicas tu música a través de un editor o compañía editora, también gestionarán los derechos de tus obras, lo que incluye encargarse de las licencias musicales.

Si editas tu propia música, la mejor opción es elegir una compañía de licencias musicales, que será responsable de otorgar los derechos de reproducción pública y privada, registrar tu música con entidades de gestión potenciales y recaudar regalías.

Cómo conseguir una licencia musical

Aunque como artista independiente estarás más interesado en que otras partes quieran licenciar tu música, puede ocurrir que tú también necesites una; por ejemplo, si quieres grabar una versión de una canción de otro músico y tocarla en directo.

Para adquirir dicha licencia, puedes contactar directamente con la entidad de gestión de derechos, que podrá otorgar los derechos directamente o darte la información de contacto de un editor o compañía de edición o un sello discográfico. Estas entidades suelen tener sus bases de datos disponibles en internet, así que solo tienes que buscar en su repertorio para saber si tienen la canción que estás buscando. Los sellos discográficos suelen tener departamentos de licencias y departamentos legales que se ocupan de estos temas.

Los tipos más importantes de licencias musicales

Como hemos mencionado anteriormente, varios derechos exclusivos de los titulares, como el de distribución, reproducción, etc., pueden ser transferidos a un posible usuario de una obra musical, dependiendo del tipo de licencia. Estas son algunas de las licencias musicales más importantes y comunes:

Licencia de sincronización

Las licencias de sincronización son probablemente las más comunes y más usadas. Permiten al usuario utilizar la canción en proyectos audiovisuales o imágenes en movimiento, como películas, programas de televisión o vídeos comerciales. Se dice que la música está sincronizada con un proyecto cuando se reproduce como parte de la banda sonora, en cuyo caso es necesaria una licencia de sincronización.

Los productores de un proyecto son quienes suelen pedir las licencias de sincronización a un editor o compositor en nombre de una cadena de televisión o compañía audiovisual. Es importante destacar que una licencia de sincronización permite la reproducción de la composición, mientras que la grabación del producto audiovisual requiere una licencia musical adicional, la del máster de grabación.

Licencia de máster

La mayor diferencia entre una licencia de sincronización y una licencia de máster es que esta transfiere al usuario los derechos de la grabación original (el máster). La licencia de sincronización, por otra parte, permite usar la composición y hacer una nueva versión de la canción original. Es necesario adquirir ambas para usar una canción en un proyecto audiovisual.

El titular de la licencia de máster suele ser la persona a la que pertenece la grabación; ya sea el sello discográfico que ha financiado la misma o, en el caso de un artista independiente, el propio músico.

Licencia de reproducción pública

La licencia de reproducción pública, también conocida como licencia de comunicación pública, permite a las partes usar una canción en una transmisión pública, ya sea un concierto, la radio, la televisión o lugares públicos como tiendas y restaurantes. En otras palabras, es necesario obtener una licencia de reproducción pública cada vez que se reproduce música para una audiencia pública.

Este tipo de licencias suelen pertenecer a las entidades de gestión de derechos, las cuales recaudarán y distribuirán las regalías de reproducción.

Licencia mecánica

La licencia mecánica, también conocida como licencia de reproducción, permite al usuario grabar una pieza musical en un medio o soporte para reproducirla y a continuación distribuirla. Es necesaria para una canción grabada en CD, DVD, vinilo o casete. La licencia también permite la duplicación, por lo que el usuario podrá obtener copias de la canción.

Esta licencia también es necesaria cuando un músico quiere grabar una versión de la canción de otro artista o cuando un vídeo que incluye la canción es exportado a un formato digital o físico.

Licencia de impresión

La licencia de impresión cede al usuario el derecho a imprimir copias en formato físico de la partitura o la letra de una canción en particular.

Necesitarás la licencia si quieres escribir, imprimir o vender la partitura o la letra de una canción; por ejemplo, para usar parte de la letra de una canción en la portada de un CD, los subtítulos de un vídeo de YouTube, etc.

Licencia teatral

La licencia teatral, como su nombre indica, solo se usa en el teatro. Permite a la persona a la que se ha cedido la licencia reproducir una canción en un escenario delante de un público en directo; por ejemplo, en una obra de teatro o una interpretación musical.

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Resumen de los seis tipos de licencias musicales más importantes.

Licencia libre de regalías

Hay canciones que el usuario puede utilizar sin pagar regalías, por lo que no necesita adquirir ninguna de las licencias mencionadas. Para usar estas canciones es necesario adquirir licencias alternativas, conocidas como «licencias libres de regalías», que están disponibles a un precio mucho más bajo que el resto de licencias.

Hay muchas licencias libres de regalías disponibles y accesibles de forma gratuita en internet; solo depende de qué tipo de música estás buscando y para qué quieres usarla. Una compañía sueca llamada Epidemic Sound está considerada como la mejor para YouTubers y creadores de contenido. Tiene un catálogo con más de 30 000 canciones y 60 000 efectos de sonido. La compañía ofrece dos planes de suscripción, uno «personal» por 13 € al mes y uno «comercial» por 49 € al mes.

Si eres un artista que necesita música libre de regalías para tus anuncios o producciones cinematográficas, tu mejor opción puede que sea una compañía llamada Artlist. Se trata de una start-up israelí fundada en 2016 que ofrece una «Licencia universal» por 16,60 € al mes (o 199 € al año).

Por último, Envato Elements ofrece las mejores licencias libres de regalías para páginas web, aplicaciones, videojuegos y audiolibros. Su catálogo contiene más de 90 000 piezas musicales y efectos de sonido. Puedes obtener acceso solo por 15 $ al mes. Además, Envato Elements incluye Audiojungle, una plataforma de licencia musical especializada en cabeceras de radio y televisión. Puedes elegir entre una licencia «Standard» por 26-29 $ o una licencia «Mass Reproduction» por 80-100 $.

Conclusión

Las licencias musicales ofrecen una fuente de ingresos adicional para músicos independientes. En esta guía, hemos cubierto los aspectos más relevantes de la industria de las licencias musicales, te hemos explicado en qué consisten este tipo de licencias, cómo licenciar tu música u obtener una licencia musical y cuáles son los tipos de licencias más importantes.

¡Si buscas más información sobre las fuentes de ingresos disponibles para un músico, consulta nuestra guía sobre regalías musicales!

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