¿Qué hay más allá de los NTFs? El futuro de la monetización musical
- 01 noviembre 2021, lunes
A medida que la tecnología blockchain evoluciona, los artistas tantean el potencial de un nuevo sistema financiero en una industria post-royalties.
Hemos oído hablar mucho de los llamados tokens no fungibles (NFT), de cómo el DJ y productor 3LAU vendió 12 millones de NFT a principios de 2021, de los premios Grammy anunciando sus propios tokens o de cuando Mick Jagger sacó un NFT a partir de su nueva canción y cuya recaudación se destinó a organizaciones benéficas. Los NFT han hecho correr ríos de tinta digital pero la cuestión es que no son ni siquiera la punta del iceberg que puede cambiar, drásticamente y una vez más, el funcionamiento de la industria musical.
Uno de los mayores retos en el negocio de la música ha sido mejorar el pago de derechos a los artistas de manera que sea más equitativo y transparente. Mientras las herramientas de consumo de música han evolucionado digitalmente (el streaming es la principal), la forma de pagar a los artistas ha seguido siendo más bien analógica. Cada vez hay más músicos y sellos, más canciones y más oyentes, pero el alcance de los artistas independientes no alcanza para permitirles vivir de la música de forma sostenible.
A medida que la tecnología blockchain evoluciona, los artistas encaran el potencial de un nuevo sistema financiero en una industria post-royalties que permita ingresos por streamings en tiempo real y que incorpore la protección de los derechos digitales. La palabra de moda es blockchain music. Para explicarlo todo, primero abordaremos toda la reconceptualización de internet tal y como lo conocemos; y descubriremos cómo y por qué el futuro de la música está en la descentralización, con las consecuencias que ello conlleva para los artistas independientes. Para ello, no sólo nos hemos adentrado en los rincones más profundos de los foros para entenderlo nosotros mismos, sino que también hemos entrevistado a Chris Scott: CTO de iMusician y todo un experto en lagunas tecnológicas.
Lista de términos
Antes de profundizar en el tema, aquí van algunos términos explicados por Cryptopedia:
La tecnología blockchain (del inglés, "cadena de bloques") es una especie de libro de contabilidad descentralizado que registra los movimietos de una red en la que los usuarios pueden enviar transacciones y crear aplicaciones sin necesidad de una autoridad o un servidor central. La cadena sustenta redes como Bitcoin y Ethereum, así como miles de aplicaciones que tienen utilidad y aportan valor en sectores tan diversos como las finanzas, la moda y los videojuegos.
En términos generales, un token es una representación de un activo o utilidad específica. En el contexto de la tecnología blockchain, la tokenización es el proceso de convertir algo de valor en un vale digital que se puede utilizar en una aplicación blockchain. Los activos tokenizados en la cadena blockchain pueden representar activos tangibles como el oro, los bienes inmuebles y el arte, o activos intangibles como los derechos de voto, los derechos de propiedad o las licencias de contenido. Prácticamente cualquier cosa puede ser tokenizada si se considera un activo que puede poseerse y tiene valor para alguien. Además, puede incorporarse a un mercado de activos más amplio.
Un token no fungible (NFT) es un token de criptomoneda que es indivisible y único. Un NFT no puede intercambiarse por otro NFT y no puede dividirse en partes más pequeñas. Los NFT son útiles para demostrar la escasez y la procedencia de activos raros, tanto digitales como en el mundo real.
Las obras creativas con NFT utilizan contratos inteligentes automatizados (programas de ejecución automática en la blockchain) que autentifican una obra y rastrean su procedencia y valor. Estos procesos están asegurados criptográficamente y avalados por contratos inteligentes, lo que erradica la necesidad de costosos intermediarios y controladores. Tiene la capacidad de poner más dinero en manos de los músicos en el momento del lanzamiento inicial de un álbum o una canción, y la capacidad de garantizar el pago de derechos musicales predeterminados en la blockchain a partir de ese momento.
Un contrato inteligente es un código autoejecutable que lleva a cabo un conjunto de instrucciones, que luego se verifican en la blockchain. Estos contratos no requieren confianza, son autónomos, descentralizados y transparentes. Además, son irreversibles e inmodificables una vez ejecutados.
La evolución de Internet hacia la descentralización
Es el año 1991 e Internet consiste en consumir contenidos que se muestran de forma estática a sus usuarios, contenidos creados principalmente por y para los desarrolladores en formato de texto o imagen: sin interacción, ni siquiera en HTML tal y como lo conocemos hoy. Los contenidos dinámicos empezaron a aparecer alrededor de 2004 y los creadores ya no tenían que ser desarrolladores, sólo necesitaban acceso a internet.
A medida que los hogares empezaron a tener su propio hardware (por aquel entonces, ordenadores), comenzó a surgir un sentido de interactividad social también conocido como web 2.0 y, entre 2005 y 2010, no sólo Internet proporcionó la velocidad suficiente para la comunicación instantánea y el funcionamiento orientado a la comunidad (Wikipedia, Reddit, etc.), sino que la revolución de los teléfonos móviles abrió debidamente los caminos a los contenidos generados por los usuarios.
En este momento, los usuarios llegan a un punto de conexiones "peer-to-peer" a muchos niveles, siendo los medios sociales los de mayor expresividad. Plataformas como YouTube, Instagram, Twitter o TikTok ofrecen a los usuarios un lugar para crear, mostrar y promocionar sus propios contenidos. Sin embargo, su monetización sigue siendo un problema, ya que estas aplicaciones dependen de la publicidad y la obtención de datos para ser rentables. La mayor parte del dinero que generan las plataformas se lo quedan ellas y sólo un pequeño porcentaje va a parar a los creadores, ya que dependen de esas plataformas para publicar contenidos.
Es entonces cuando la web descentralizada comienza a tomar forma, ofreciendo una arquitectura diferente a la forma en que se construyen estas aplicaciones. Ya no se depende de servidores únicos para almacenar datos ni de una única base de datos, sino que las aplicaciones se ejecutan en blockchains y/o redes descentralizadas. El concepto consiste básicamente en eliminar a los intermediarios o agencias del flujo de información: cuando una persona o un grupo no puede controlar el sistema, los costes se reducen, las transacciones son más rápidas y los cambios sólo son posibles a través del consenso.
La tecnología blockchain existe desde principios de los años 90, al menos entre los debates de los criptógrafos sobre cómo romper el modelo de dependencia de la sociedad de los bancos y dar a los ciudadanos el control de sus fondos sin la interferencia de terceros. La primera criptodivisa se introdujo en 2008, haciendo extremadamente ricos a muchos de aquellos primeros creyentes y permitiendo que el dinero viajara en bytes en lugar de en bancos. Estamos hablando, como probablemente ya sepas, de Bitcoin.
En este escenario, el software protege el dinero, no hay servidores centrales ni humanos que manejen las transacciones entre vendedores y compradores. Cualquier tipo de transacción o información queda registrada, es inmutable y no depende necesariamente de una autoridad externa para validar la autenticidad e integridad de los datos. La idea que subyace al ecosistema basado en la blockchain es la celebración de contratos inteligentes: digitales, autónomos, transparentes y sin necesidad de confianza.
¿Qué supone esto para los músicos?
La fluidez de la blockchain va en contra de la estructura burocrática de los bancos, ya que puede ofrecer mejores soluciones a la complejidad de la distribución de derechos dentro del mercado musical. Piensa en los contratos inteligentes. Ahora piensa en el largo y laborioso proceso que implica a diferentes plataformas, proveedores y sistemas de pago para que puedas recibir ganancias por tu música. Los derechos de autor recorren un largo camino desde los acuerdos de licencia hasta los múltiples titulares de derechos, los múltiples contribuyentes y una variedad de terceros.
Las empresas de distribución, como iMusician, dieron el primer paso para eliminar el papeleo y aliviar la carga de los artistas para que pudieran centrarse en la creación. La blockchain para los músicos significaría una monetización eficiente y directa a partir de la participación de la comunidad.
Un artista produce una pista con una marca de tiempo, inmutable, asegurada por una red descentralizada. Los fans se conectan directamente con el artista y escuchan su música en tiempo real en streaming. Se reducen los costes de conversión y el papeleo, ya que la propiedad está clara y los derechos de los propietarios son fácilmente rastreables. Supondría un sistema más colaborativo y transparente para los derechos y la gestión de la música, ya que sería más fácil para los artistas demostrar legalmente la propiedad de su obra.
La blockchain juega un gran papel en la transformación del sistema actual porque proporciona tokens o criptodivisas como incentivo financiero para aquellos que quieren crear, interactuar, contribuir o gestionar proyectos.
Y, hablando de tokens, por fin llegamos a...
Tokens no fungibles y propiedad digital
Un NFT es un certificado de autenticidad digital. Cualquier archivo digital, como una pista musical, puede recibir una secuencia de dígitos y convertirse en un elemento registrado a través de la blockchain, creando un token criptográfico que demuestra la autenticidad del activo. Por ahora, la mayoría de las plataformas que permiten crear y vender NFT forman parte de la blockchain de Ethereum. Ethereum es una criptomoneda, como el bitcoin. Esto significa que puedes comprar una NFT (sobre todo con Ethereum) pero en lugar de tener dinero, posees digitalmente una canción, por ejemplo.
Puedes establecer derechos sobre cualquier cosa que pongas en una NFT. Cuando una canción se publica con NFT, la propiedad siempre será rastreada hasta quien la creó, protegiendo sus derechos de autor. También significa que esa canción es única, lo que la hace verosímilmente escasa, y por tanto valiosa. Los NFT se han popularizado en 2018 dentro de la comunidad artística porque comprar un NFT es como comprar un original de Dalí: aunque se puedan recrear postales a partir de él, solo hay uno auténtico. En la música, los artistas pueden crear NFT para subastar diversas formas de medios digitales a sus fans. Puede ir desde una edición de coleccionista de un lanzamiento con un verso oculto hasta un álbum firmado, pases de backstage, beats o samples: prácticamente cualquier cosa que pueda aportar valor.
Las NFT tienen que ver con la escasez, y la gente puede invertir en la música como lo haría en el arte en formato físico. Pero, ¿significa eso que mi canción sólo estará disponible para quienes la compren? No, también puede (y debe) estar disponible en Spotify, Deezer, YouTube y cualquier otra plataforma, pero tu canción infinitamente duplicada sólo tiene un original que conserva su escasez, como cualquier bien físico.
Las NFT también pueden funcionar como activos especulativos, una forma de que los artistas independientes obtengan incentivos financieros, como el ejemplo de Chris: "Hoy empiezo mi carrera de artista y puedes apostar por mí. Por ello, obtendrás el 5% de todos mis ingresos; o bien, soy una tarjeta y la divido en 100 trozos, puedes quedarte con algunos y comerciar con ellos cuando sea famoso". Esto da a tu comunidad la oportunidad de invertir en tu futuro éxito, y a medida que tengas éxito, ese NFT será mucho más valioso. Esto también puede significar que el comprador trabajará para ayudarte a crecer.
De este modo, los activos tokenizados se convierten en mercancías cuyo valor viene determinado por la ley de la oferta y la demanda. "Los NFT son una forma de hacer que el arte sea vendible y revendible. Los seres humanos son codiciosos y no gastarían dinero sin motivo. No se trata de escuchar la música, sino de coleccionar. La posibilidad de poseer arte y poder revenderlo". Aunque los NFT se encuentran ahora en el ámbito de los objetos de colección, alcanzando precios inmensos debido al bombo y platillo, son el primer paso en el crecimiento de la descentralización de los derechos. A largo plazo, no se tratará de un valor encerrado en un activo concreto, sino de una monetización más eficiente de las creaciones.
"Quizá la única solución sea volver a lo que en última instancia proporciona el valor, que es la música. Si queremos reflejarlo plenamente en la cadena, hay mucho que hacer. Tendríamos que empezar por algún sitio y nos daremos cuenta rápidamente de que esto no será perfecto porque hay que confiar en iMusician, por poner un ejemplo. Este sería el primer paso en ese espacio y así no distribuirías exclusivamente a tiendas como Spotify sino también a redes descentralizadas como el IPFS y luego asegurarías que tienes una forma de probar que el músico creó esa canción, los contratos inteligentes, o más comúnmente conocidos NFTs ayudarían con eso". Hay algunas blockchains de música que están empezando a desarrollarse hacia este escenario.
La blockchain en las empresas musicales
La blockchain no sólo tiene en cuenta las transacciones financieras, sino cualquier información. Simplifica el proceso y da derechos de propiedad claros a los creadores. Puede significar una forma más justa de monetizar la música, ya que otorga a los artistas una mayor propiedad de su trabajo (básicamente, recibir un pago completo por lo que creas), solucionando muchos de los problemas actuales con las licencias, los metadatos y el complejo sistema de distribución de derechos en el mercado musical.
La tecnología para llevar a cabo estos cambios ya existe, pero ¿cómo funcionaría y cómo empezaría?
"Todavía no hemos llegado a ese punto porque este escenario no deja espacio a las grandes plataformas de streaming tal y como funcionan actualmente, por ejemplo. Para que gane tracción, alguien tiene que dar el primer paso. Un sistema de código abierto llevaría su tiempo, pero una vez que se imponga, avanzará muy rápido. Se democratizará el contenido y se permite a los artistas hacer las cosas exactamente a su manera. Es muy revolucionario, pero alguien tiene que trabajar", añade Chris.
¿Recuerdas cuando empezó Spotify y cuando no había muchos usuarios en esta plataforma de streaming? Supongo que no, porque uno no se apunta ni se interesa por una aplicación o plataforma donde no hay nadie. Pero en un espacio de 5 años, Spotify ganó aproximadamente 30 millones de usuarios ofreciendo pruebas y algunas estrategias de marketing.
Algunos proyectos que comenzaron a desarrollarse en esta dirección: Audius. ¿Quiénes son y qué es?
Se trata de una plataforma totalmente descentralizada, que también actúa como una especie de red social musical, y que se basa en tecnología relacionada con las criptomonedas para funcionar. La cadena de bloques de Ethereum es crucial para el espíritu de Audius, ya que elimina a los intermediarios y hace un seguimiento transparente de las transacciones. Audius también admite NFTs, pero no se dedican a la compra y venta; los NFTs de Audius actúan como fichas sociales y de compromiso, desbloqueando ventajas y capacidades adicionales.
En el momento de escribir este artículo, Audius tiene más de 6 millones de usuarios y es la primera plataforma de streaming con la que se asocia TikTok. ¿Por qué es importante? TikTok encargó recientemente un estudio sobre el creciente impacto de la plataforma en la cultura y la música: han alcanzado los 1.000 millones de usuarios activos mensuales y el 75% de ellos dicen que descubren nuevos artistas en la plataforma (sólo para comparar, Spotify tiene 365 millones de usuarios). Al asociarse con Audius, los artistas pueden poner directamente sus canciones a disposición de los usuarios de TikTok para que las incluyan en sus vídeos, además de vincular sus seguidores en TikTok con Audius.
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