Cómo crear tu marca de artista

Tu público también tiene más control. Si antes los oyentes eran receptores pasivos de la música que lanzaban las discográficas, ahora pueden buscar activamente música nueva y crear sus propias playlists de forma sencilla. Esto significa que tendrás que afilar tus instintos emprendedores para que tu música pueda ser descubierta fácilmente.

Aunque esto te da más independencia como artista, la autogestión significa que tendrás que ocuparte absolutamente de todo. La libertad de darte a conocer al público a tu manera implica aprender a promocionar tu música y crear una identidad de marca como artista, algo que conlleva mucho trabajo.

Mientras que los artistas y sellos discográficos con un gran presupuesto cuentan con agencias para desarrollar y gestionar su estrategia de relaciones públicas, tú tendrás que hacerlo a solas. Por suerte, plataformas como iMusician te ayudan con el marketing digital para que puedas concentrarte en crear nueva música.

Aunque todo este esfuerzo pueda echarte un poco para atrás, lo cierto es que hay un lado muy positivo. Ahora no dependerás de la radio para atraer a nuevos seguidores, sino que podrás hacer llegar tu música a más gente, en más lugares y a través de más plataformas. Y podrás hacerlo sin comprometer tus valores artísticos ni perder autenticidad, algo que tu público sabrá apreciar. Esto se debe a que el marketing musical es más efectivo cuando te mantienes fiel a tu identidad y tu integridad como artista.

Con esta guía queremos ayudarte a encontrar tu lugar, desarrollar tu identidad y construir tu marca.

Antes de empezar, tienes que establecer qué clase de música haces y a qué público quieres llegar.

El primer paso consiste en definir el tipo de música que haces. Por muy atractivo que sea desafiar los géneros y huir del encasillamiento, lo cierto es que poner una etiqueta a tu música ayuda a que la gente la descubra. Existen tantísimos géneros y subgéneros que lo mejor es empezar desde arriba e ir yendo poco a poco hacia abajo.

Primero, intenta definir tu música a grandes rasgos. Cuando tengas claro a qué género pertenece, concéntrate en un tipo aún más específico de música dentro de ese estilo. Si eres un artista que se mueve entre géneros, ¡dilo sin miedo! Lo ideal es intentar no cubrir demasiado terreno, así que piensa qué diferencia a tu música del resto o plantéate el inventar tu propia etiqueta.

Si te resulta difícil clasificar tu música, puedes probar a crear una nube de palabras. Escribe el género o géneros principales en el centro, con letra grande y en negrita, y los subgéneros con los que más te identificas interconectados y flotando alrededor. Aunque parezca un ejercicio mental muy simple, te servirá como referencia a la hora de descubrir quiénes son tus fans.

Una vez que hayas identificado tu sonido, es hora de identificar a tu público objetivo. Para hacerlo, tendrás que investigar la música que escuchan y averiguar cómo la han descubierto.

Si no tienes claro quién es tu público objetivo, empieza buscando música similar a la tuya. Suscríbete a newsletters, guarda páginas web de crítica musical en tus favoritos y únete a foros dedicados a ese género. Si encuentras revistas o páginas web que compartan música nueva, averigua qué están buscando, cómo enviarles música y si tu estilo encaja en su grupo demográfico.

Intenta ser realista y concentrarte en lo relevante. No puedes cubrir todas las posibilidades y tampoco deberías. A alguien que viva en Sudamérica no le interesan las fechas de una gira en Japón, al igual que la promoción de un disco de hip-hop no pintaría nada en una revista de punk rock.

Si ya tienes varios lanzamientos y sabes quiénes son tus fans y dónde encontrarlos, entonces es hora de profundizar en los datos. Descubre qué herramientas analíticas están disponibles y úsalas. Estas pueden darte una gran cantidad de información sobre tus oyentes, desde el grupo demográfico y la ubicación hasta el número de seguidores, favoritos, reproducciones y música guardada, pasando por menciones en páginas web y redes sociales. Usa estos datos para conocer mejor a tu público y establece una conexión con ellos adaptándote a su entorno.

La clase de datos que puedes descubrir varía con cada plataforma y puede incluir los términos de búsqueda y los canales que ayudaron a tus oyentes a descubrir tu música. Si esta ya está disponible en Spotify y Deezer, podrás acceder a sus herramientas analíticas para averiguar todo lo que necesitas saber. Entender tus datos significa entender a tus fans.

Una vez que sepas quiénes son tus fans y en qué entorno se mueven, es el momento de establecer una conexión significativa con ellos. No tiene sentido concentrar tus esfuerzos en atraer a una nueva base de fans cuando ya tienes una que está deseando saber más sobre ti. Así que presta atención a tu público fiel, establece una relación más relevante con ellos y puede que te sorprendan los resultados. Como dice aquella frase famosa: «Si lo construyes, ellos vendrán».

Para que una historia funcione, tienes que encontrar algo que enganche al público. Piensa en algo personal y único que te defina; por ejemplo, cómo empezaste a hacer música o qué obstáculos tuviste que superar para llegar donde estás.

Concéntrate en algo que despierte la curiosidad de tu público y les haga preguntarse más cosas sobre ti. Si ya tienes algún lanzamiento bajo el brazo, piensa cómo puede encajar esa música con tu relato. Al fin y al cabo, ya estás contando historias con tus canciones.

Tu biografía es un gran punto de partida para darte a conocer. Puede servir como punto fuerte de tu kit de prensa electrónico o como carta de presentación para relaciones públicas, pero también puede ayudarte a ver tu propia historia con otros ojos. Recuerda que la gente no quiere tanto datos y cifras como una historia con la que identificarse y sentirse inspirados. Piensa en el qué, quién, cómo, cuándo y dónde de tu experiencia como artista.

Puede que quieras incluir, entre otras cosas, dónde vives ahora, qué te atrajo de la música, a qué suena tu proyecto, algunos momentos destacables de tu carrera y qué planes tienes para el futuro. Intenta ser lo más específico posible y no tengas miedo a ser diferente.

Por ejemplo, cuenta si la banda sonora de tu infancia fue «Sign O’ the Times» de Prince o si viste en directo a Bruce Springsteen y supiste en ese instante que querías ser como el Boss. Puede que crecieras viendo MTV y VH1 o que el coro de la iglesia despertara tu pasión musical. De cualquier forma, céntrate en ese artista o momento de tu vida que te sirvió de inspiración para dedicarte a la música y cuéntalo en tu biografía.

DLJ, un músico francés de hip-hop lo-fi, nos cuenta en su biografía cómo ha llegado hasta donde está hoy. Aunque creció tocando el piano clásico, su etapa universitaria le abrió las puertas de otros estilos. En sus propias palabras: «Aprendí a experimentar con varios estilos de producción, como hip-hop, synthwave y house. Me enganché al hip-hop y el boom bap y fui descubriendo poco a poco el mundo del lo-fi, un género que coge samples de vinilos para procesarlos con samplers como el SP404 o producirlos con el MPC 2000XL». Este viaje a través de los géneros y la mezcla de diferentes sonidos es lo que hace especial la historia de DLJ.

El siguiente paso después de la biografía es escribir una declaración de artista. Esta no debe tratar tanto sobre ti, sino sobre el arte que estás creando. ¿Intentas transmitir una estética en concreto o quieres que la gente asocie tu música a un estado de ánimo? ¿Te has propuesto alguna meta que quieras alcanzar con tu música?

Puede que escribas canciones con letras filosóficas para inspirar a la gente a pensar más detenidamente sobre la sociedad en la que vive. O a lo mejor tu objetivo es ayudar a la gente a pasar un buen rato y tomarse un descanso de la rutina. También puede ser que quieras aclarar algunas ideas erróneas que la gente tiene sobre ti. En cualquier caso, la declaración artística te ayuda a difundir tu misión y explicarle al mundo quién eres.

Si estás intentando promocionar un single, piensa más allá de la propia canción y céntrate en su historia. Puedes hablar desde el proceso de composición (qué te inspiró a escribirla, cómo le diste forma, con quién colaboraste o cómo fue la grabación) hasta el aspecto lírico o emocional de la canción; ¿qué historia cuenta?, ¿captura algún momento en el tiempo?, ¿qué estado quieres evocar o qué mensaje quieres transmitir? La forma en la que presentes tu canción debería servir para captar la atención de los editores de playlists.

Ahora que ha quedado claro quién eres, es hora de crear una identidad visual acorde a tu proyecto. Aunque no se debería juzgar un libro (o un disco, en este caso) por su portada, lo cierto es que los oyentes tienen muy en cuenta el aspecto visual y hay que saber cuidarlo para conectar con ellos.

En este sentido, el «branding» es importante ya que es una forma de transmitir a tus oyentes quién eres. La gente hará conexiones o sacará conclusiones sobre ti basándose en tu presentación visual, incluso antes de oír tu música.

Primero, piensa cómo quieres presentarte ante el mundo. No se trata solo de encontrar un buen diseño, sino que además tiene que resultar atractivo para tu mercado potencial. ¿Conoces algún estilo artístico que sea representativo de tu música? ¿Hay una paleta de colores o una tipografía que se asocie con tu género o que comunique de alguna forma lo que quieres expresar? ¿Quieres incluir fotos tuyas o de tu grupo o prefieres algo más abstracto? Decide si quieres hacer tú el diseño o prefieres contratar a un fotógrafo o diseñador gráfico (o una combinación de ambos).

Puedes explorar redes sociales de artistas como Behance o Dribbble, donde los diseñadores muestran sus trabajos. O seguir cuentas de Instagram con una estética similar a la que buscas, algo que puede resultar muy útil si no tienes muy claro qué dirección quieres tomar. Si inviertes tiempo suficiente en este tipo de páginas y te rodeas por completo de arte, acabarás descubriendo algo con lo que conectes de verdad. También puedes acercarte en persona a una tienda de discos y buscar algo que te inspire entre los vinilos o los pósters de conciertos.

Los géneros (y subgéneros, especialmente) suelen tener un estilo visual único. Por ejemplo, los artistas de lo-fi house usan fotos antiguas y vídeos que parecen sacados de una colección familiar. La música electrónica más experimental se decanta por las imágenes más abstractas, mientras que el look del pop clásico es más fotográfico y exuberante. Los aficionados a un género se sienten atraídos por su aspecto visual y la identificación con este es una forma de demostrar su lealtad. Si, por el contrario, prefieres crear tu propia estética, asegúrate de que sea consistente.

Cuando tengas claro cuál va a ser tu estilo visual, piensa cómo aplicarlo de forma general para que todo lo relacionado con tu nombre mantenga una coherencia. Las portadas son importantes, pero también tienes que pensar en el merchandising (pósters, pegatinas, ropa, etc.) y tu presencia en las redes sociales. Herramientas como Canva y SparkAdobe pueden ayudarte a crear material visual, guardar plantillas y reutilizar contenido de forma sencilla.

Ya tienes tu música, tu biografía, tu declaración de artista y tu identidad visual. El siguiente paso es el kit de prensa electrónico (EPK, por sus siglas en inglés). El EPK es como tu currículum de artista e incluye toda la información sobre ti y tu música que puede interesar a periodistas, promotores, sellos, supervisores musicales y cualquiera que esté interesado en quién eres, cuáles son tus logros y qué puedes ofrecerles.

Tu EPK debe incluir tu biografía, tu declaración de artista, fotos, vídeos, arte gráfico del álbum, tu último single o un par de canciones de tu disco, artículos de prensa, enlaces a redes sociales e información de contacto. Si eres un artista más consolidado, puedes incluir un calendario de conciertos o tu rider técnico.

Por supuesto, el mejor lugar para compartir tu EPK es tu página web.

Crear una página web profesional es una parte muy importante del marketing de contenidos. Piensa en tu página web como si fuera tu hogar en la red, una especie de centro de operaciones. Tener toda tu información en un lugar accesible te ayudará a promocionarte mejor. Además, será más fácil descubrir tu kit de prensa electrónico si está alojado en tu página web.

Si crees que una página web implica mucho tiempo, dinero o esfuerzo, siempre puedes buscar una solución más sencilla. Por ejemplo, en iMusician hemos creado Release Page, una herramienta promocional que incluye toda la información para fans, influencers y periodistas sobre ti y tu próximo lanzamiento. Quien visite tu Release Page tendrá acceso a todo lo que necesita saber sobre tu proyecto y dónde encontrar tu música. Además, está diseñado para adaptarse a cualquier dispositivo.

Puedes personalizar tu Release Page de forma muy sencilla. Con cada nuevo lanzamiento, simplemente tendrás que actualizar el contenido que desees (biografía, fotos, enlaces de streaming, fechas de conciertos, etc.). Es un proceso muy sencillo gracias al cual no tendrás que invertir tiempo aprendiendo CSS y HTML. La atención está centrada en ti y en tu música.

Si, por otra parte, tienes experiencia creando páginas web y quieres dedicar más tiempo a personalizar el aspecto y el contenido de tu página, puedes buscar creadores de sitios web. Páginas como Wix, Squarespace, Weebly y WordPress te ofrecen varias opciones (gratuitas o de pago) dependiendo del número de páginas, el URL, la cantidad de espacio que uses, etc. También te ofrecen varias plantillas que podrás adaptar a tu gusto para darle el aspecto que desees a tu página.

Recuerda que la página tiene que ofrecer acceso a tu música (ya sea a través de enlaces o integrada), así como a contenido de redes sociales, fechas de conciertos, información de contacto, etc. sin que el usuario tenga que invertir demasiado tiempo y esfuerzo.

Una parte que se suele pasar por alto de las páginas web es la lista de correo. Por mucho esfuerzo que concentres en una plataforma, lo cierto es que no todo el mundo acaba viendo todo el contenido disponible. Sin embargo, los fans se registran voluntariamente a una lista de correo para estar informados, y es más difícil que se les pase por alto un correo electrónico en su bandeja de entrada. Aunque las redes sociales son omnipresentes hoy en día, el correo electrónico es la mejor forma de llegar directamente a tus fans.

Para hacer una lista de correo, lo mejor es anunciarla. Pregunta a tus amigos y familiares si puedes incluirlos. Añade un recordatorio en todas tus plataformas con un enlace de registro de fácil acceso. Si crees que algunas personas no te van a dar su dirección de correo electrónico tan fácilmente, dales un incentivo para registrarse, como acceso exclusivo a canciones o vídeos inéditos.

Consejos para newsletters:

• Recuerda que son tus fans. No tengas miedo a escribirles.
• Dicho esto, a nadie le gusta el spam, así que incluye solo contenido relevante.
• A la gente le gusta recibir contenido de forma regular. En vez de enviar un correo cada vez que se te ocurre algo, piensa en escribirles un e-mail mensual.
• No esperes a un lanzamiento o concierto para escribir. Si estás en pleno proceso creativo o grabando en el estudio, cuéntaselo a tus seguidores. ¿Qué estás escuchando en ese momento? ¿Tienes fotos de tus sesiones en el estudio? ¡Compártelas!

Ahora que estás presente en varias plataformas, puedes reutilizar el contenido en todas ellas. Esto no solo simplifica tu tarea de promoción, sino que da coherencia a tu marca. Si los fans ven las mismas imágenes y gráficos en todas las plataformas, asociarán estas a tu identidad de marca. Además, la consistencia en tu forma de presentarte al público ayuda a crear confianza.